Siempre que pensamos en las personas sin techo, pensamos en
gente aislada de nosotros, seres de otros países o incluso de otros
continentes, pero no es así. En estos últimos años se están produciendo muchos
desahucios. Personas con familia, o ancianos, se ven obligadas a abandonar su
hogar sin tener un sitio donde vivir y finalmente acaban en la calle. Si los
políticos no quieren tantos sin techo, que no permitan esto. Y no es algo que
ocurra lejos; puede afectarte a ti o a algún conocido tuyo.— Raúl
Pascual Viguer.
Mirando por la red las noticias que aparecen sobre
indigentes me he encontrado en el diario EL PAIS, la carta de este lector en la
que nos cuenta que cuando pensamos en las personas que viven en la calle, son
gentes solitarias y sin ningún tipo de apego.
No sabemos que extrañas circunstancias personales habrán
llevado a esta persona a terminar tirada en la calle, en dormir en un banco, en
la entrada de algún cine o comercio o en el mejor de los casos en algún cajero automático
(eso sí, sino vienen los vigilantes de seguridad o la policía y lo echan a la calle a alturas
horas de la madrugada), ya que hasta
llegar hasta esa lamentable situación han podido pasar miles de circunstancias
tanto persónales como emocionales, esta circunstancias van desde que haya
perdido su puesto de trabajo, una muerte de algún ser querido, una separación o
divorcio, etc.
Tras estas personas siempre existe una historia, por la cual
y tras pasar un largo y penoso camino ha desembocado en la lamentable situación
por la que está pasando en estos momentos, esta persona también ha tenido como
Ud. . Y como yo otra vida, en la cual disfrutaba de un hogar, una esposa y unos
hijos por los cuales levantarse por la
mañana todos los días del año, y luchar día a día, de un hogar y de todas las
comodidades que un trabajador de clase media pueda tener gracias al fruto de su
sacrificio y de su esfuerzo.
Pero como dice la canción, LA VIDA TE DA SORPRESAS;
SORPRESAS TE DA LA VIDA, y nunca vamos a saber cuándo el destino hará girar su
ruleta de la fortuna y tengamos la mala suerte de salir agraciados con el numero el número ganador y que ese numero fatídico sea el tuyo y seas tus mismo
el que vivas en tus propias carnes esta amarga y dura experiencia, acabemos con nuestros huesos en la calle.
Ya que una noche te vas a la cama sobre un como colchón,
unas suaves y limpias sabanas, bajos un techo que te cobija y con una esposa
unos hijos que te quieren y teniendo un buen trabajo , y cuando te levantas a
la mañana siguiente, te encuentras tirado en algún banco de un parque, bajo
unos sucios cartones y con un cartón de vino rancio y barato a tú lado.
Osea que como decía el refrán:¡¡¡ CUANDO LAS BARBAAS DE TU
VECINO VEAS CORTAR..., VETE PREPARANDO POR QUE A LO MEJOR TU SERAS EL SIGUIENTE!!!
BUBÚ
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