martes, 31 de mayo de 2016

Más de 120.000 personas ponen cara al hambre en Málaga

El año 2013 finaliza con cifras escalofriantes y las asociaciones malagueñas que trabajan a diario para cubrir las necesidades más básicas alertan de que cada vez son más los ciudadanos que llaman a sus puertas y no hay para todos – Miles de familias ven en ellos una tabla de salvación y las organizaciones se encuentran desbordadas ante el aumento de peticiones



El trabajo escasea, el desempleo se agotó hace tiempo y las prestaciones del subsidio llegan a su fin. Toca aferrarse a la red familiar, una alternativa que, si bien no es la panacea, ayuda en algunos casos a no tomar otras alternativas. Dejar a un lado el pudor y la vergüenza y recurrir a alguna asociación para poder comer.

Más de 120.000 personas conforman las colas de los comedores y organizaciones sociales que intentan paliar esta pandemia, una cifra dantesca que refleja cómo la necesidad se ha convertido en uno más y campea a sus anchas por la ciudad.




El 2013 ha sido un año duro para miles de malagueños pero también para las asociaciones que ven engrosar una vez más sus listas. Pequeñas o grandes, todas coinciden en una idea: los recursos no son suficientes y la comida no llega para todos. Un motivo que dejan de lado a la hora de la verdad y motiva en la mayoría de los casos para trabajar por encima de lo que habían estimado.

Si algo bueno ha dejado entrever esta situación es la solidaridad de sus ciudadanos y cada vez son más las organizaciones que se lanzan a la aventura de ayudar al que menos tiene. Las ayudas en víveres, las aportaciones particulares o de empresas, las subvenciones de ayuntamientos y eventos solidarios rellenan cada uno de los platos que se sirven a diario pero algunas mesas todavía están vacías y no se cubren las necesidades de todos.

El Banco de Alimentos de Málaga es uno de los grandes suministradores de productos frescos y perecederos. A través de las 230 asociaciones que trabajan codo a codo con Bancosol han ayudado a más de 55.000 personas durante este ejercicio.

                                                                           

Cáritas es otro de los colchones que vela por aquellos que están en riesgo de exclusión social. Hasta 30. 873 personas han sido atendidas en 2012 y el 71 por ciento reclamaban asistencia de tipo alimentaria. Las familias contabilizadas han subido un 21 por ciento con respecto a 2011, según las memorias de la institución eclesiástica. Una labor que no queda ahí y cuenta también con más de 17.000 personas en programas y proyectos relacionados con la inmigración, mayores, empleo, formación o juventud. Además, 379 personas se atienden en los centros sociosanitarios que lo conforman. Hogar Pozo Dulce, la casa acogida Colichet o el centro del Buen Samaritano son algunos de ellos.

Cruz Roja también tiene un papel fundamental en estos momentos y desde 2012 se lleva a cabo un plan de emergencia en el país ante la caótica situación. A octubre de 2013, hasta 20.000 personas se han visto beneficiadas de su programa contra la pobreza, 7.450 usuarios individuales y más de 13.000 indirectos, según informó el presidente de Cruz Roja en la provincia, Antonio Morales.

La asociación benéfica Padre Huelin tiene de manera permanente 330 familias, una cifra que se mantiene con respecto al año pasado pero que la coordinadora del centro, Paloma Rivero, destaca ya que 200 de ellas no han dejado de recibir sus servicios de un año para otro y sólo 130 han salido de las listas para dar paso a nuevas familias. «Hay 200 familias que continúan en la misma situación», manifiesta.
                                                                     

Desbordados es el término que utiliza la directora del comedor de Santo Domingo, María Ángeles Martín, para describir este año. Han duplicado las familias que atienden, hasta llegar a 200, y han pasado de 93.900 servicios el año pasado a 161.ooo. El fuerte de su labor es el comedor y organizar las bolsas que se llevan las familias para dar de comer a los suyos pero no queda ahí. Acompañamiento social y psicológico para dar soluciones a esta situación son otras de sus funciones.

Unos 140 litros de leche y 60 kilos de embutido para dar forma a mil bocadillos al día son algunas de las necesidades de los Ángeles Malagueños de la Noche, una asociación que pertenece a ese colectivo que no cuenta con ningún tipo de subvención ni ayuda y tiene a diario a 2.500 personas en sus colas. Para 2014 su objetivo es levantar su nueva sede en la calle San Pablo, un solar cedido por el Ayuntamiento de Málaga. Hasta el momento tienen unos 45.000 euros de los 300.000 que necesitan para meterse en la faena. Seguir sumando para dar forma a este proyecto, el objetivo principal de su presidente, Antonio Meléndez.

BUBÚ

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