Uno de cada cuatro gallegos está en riesgo de pobreza y exclusión social

En torno al 10 % de los españoles más ricos obtienen una cuarta parte de los ingresos de toda la población

Uno de cada cuatro gallegos -unas 702.000 personas de una población de 2.732,347, el 25,7 %- están en riesgo de pobreza o de exclusión social. Es una cifra muy alta, pero tres puntos porcentuales por debajo del conjunto nacional, según se recoge en el informe El estado de la pobreza. Seguimiento del indicador de pobreza y excusión social en españa 2009-2015, promovido por la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social

La tasa de pobreza aumentó en el último año en 1,9 puntos porcentuales en Galicia, mientras que en todo el período estudiado la media es del 1,1.

En la radiografía también se destaca que unos 132.000 gallegos se encuentran en situación de pobreza extrema, lo que significa que sobreviven con ingresos inferiores a 332 euros.

A la penuria general contribuye la escasa cuantía del importe de laspensiones, puesto que el 62,9 % de los ingresos que reciben los jubilados de Galicia, según consta en el informe, se encuentran por debajo del umbral dela pobreza, una situación que afecta a 473.985 personas de este colectivo social. Dentro de este grupo es especialmente grave la situación de las personas viudas.

En el conjunto de España los datos revelan que en el 2015 la cifra de personas en riesgo de pobreza se ha reducido en 322.658, un 0,6 % menos que en el 2014, aunque es casi cuatro puntos más alta que la de 2009, cuando estaban en esta situación 11.546.214 españoles. No obstante, ha subido la tasa de trabajadores pobres, que pasó del 11,7 % al 14,2 % de la población activa.

En el podio de la desigualdad

Uno de los aspectos más llamativos de la investigación se refiere al incremento de la brecha de la desigualdad, que sigue en aumento. En la actualidad, en torno al 10 % de los más ricos obtienen una cuarta parte de los ingresos de toda la población, con lo que se coloca en el tercer país europeo, detrás de Rumanía y Serbia, con las diferencias más notables.

BUBÚ