Como os conté ayer, la
indigencia se ha convertido en un suculento negocio tanto legales ya que genera
miles de puestos de trabajo, trabajadores sociales, auxiliares, personal de
limpieza, personal de seguridad, personal sanitario, personal de cocina, etc.
Los cuales aunque sean
precarios, generan ingresos al régimen de la SEGURIDA SOCIAL, y hacen que
aunque se por unos pocos meses las listas del INEM se vean con menos afiliados
durante estos meses de invierno.
Pero también existe otro tipo
de negocio, que genera la situación de estar en calle, pero este es más
peligros,ya que está controlado por mafias, me estoy refiriendo a los
indigentes rumanos que vemos por nuestras calles, esos que van con sus carritos
del súper mercado recogiendo chatarra o a los lisiados o mujeres que nos
encontramos en la puertas de los súper mercados sentados con su vaso pidiendo
unas pocas monedas.
Pues bien estos son parte de
grupos perfectamente organizados, los cuales mantienen a esta personas bajo la coacción
o el miedo, infligiéndolas palizas si no
consiguen llegar a determinada cantidad de dinero que suelo rondar según los
casos en unos 30 o 40€ por individuo, suponiendo que cada red de estas tenga
bajo su control a 15 o 20 personas, estaríamos hablando del orden de unos 600 o
800€ diarios, o lo que es lo mismo de unos 24.000€ mensuales.
En el caso de los que van con
el carrito, recogiendo chatarra, cuando los miembros del grupo tienen llenos
sus carritos llaman por teléfono móvil y una furgoneta pasa u recoge la
chatarra en un lugar previamente indicado y allí la cargan para llevársela y almacenarla para su
posterior venta.
Con las chicas jóvenes es todavía
peor, ya que estas son obligadas a ejercer la prostitución, en bares de alterne
o en cualquier esquina, siempre bajo la estricta vigilancia de algunos miembros
del grupo, por si hubiera algún tipo de problema el cual resuelven de manera violenta, bajo amenazas para el
cliente o asestando terribles palizas.
Los individuos son localizados en sus países de origen, trayéndoles hasta España bajo la promesa de que aquí encontraran trabajo o
se les serán concedidas ayudas económicas, por sus minusvalías.
Son traídos en autobuses, el
trayecto en autobús viene costando entre 90 y 120€, los cuales son pagados por la
organización, pero una vez llegados a España les retiran todo tipo de documentación
y son obligados a mendigar, recoger chatarra o prostituirse, amenazándoles con
que si no cooperan sus familiares en Rumania sufrirán severos castigos o
incluso la muerte.Siempre están estrictamente vigilados tanto de día como de noche por los
matones de la red mafiosa, que no dudaran ni un solo instante en golpearles o dejándoles
en las calles durante las frías noches de invierno, si al final del día no han
conseguido reunír el suficiente dinero que los mafiosos tengan estipulado.
Las condiciones en las que están estas personas son inhumanas, estando hacinadas unas encima de otras en pésimos locales, los cuales carecen de cualquier tipo de medida higiénico sanitarias
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